¿Por qué los fuegos artificiales son de colores?

Los fuegos artificiales triunfan alrededor del mundo fascinando a quienes los contemplan. En España podemos presumir de ofrecer grandes espectáculos de luz y fuego. Y los colores de los fuegos artificiales son fruto de la química, pues surgen de las reacciones que se dan entre la pólvora y las diferentes sales metálicas en el interior de los cartuchos.

Los fuegos artificiales deben su comportamiento a las reacciones de oxidación-reducción, en la que los oxidantes aportan oxígeno para iniciar la combustión y los reductores actúan con ese oxígeno liberando los gases. La pólvora, por naturaleza, es de color negro. Sin embargo, si se combina con sales metálicas, estas influyen en la temperatura de la llama y por tanto en su color.  Así, para obtener el color rojo, se utiliza litio y estroncio. Para el amarillo, sodio. Para el azul, cobre. Para el verde, bario. Y para los blancos y plateados, titanio.

El origen de los fuegos artificiales se remonta a hace más de mil años, en China, donde, con el descubrimiento de la pólvora, los empleaban para ahuyentar a los malos espíritus. Más tarde, los árabes los introdujeron en Europa. Desde entonces no han dejado de evolucionar a formas cada vez más curiosas, cuyo misterio reside en el diseño del interior de los cartuchos y en la distribución de la pólvora y las demás sustancias que los componen.

Nathalie Zink Lorre, profesora de Química de la UMH
Nathalie Zink Lorre, profesora de Química de la UMH

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